La comida mediterránea es conocida en todo el mundo por considerarse una deliciosa fusión de sabores exóticos con los ingredientes tradicionales de la cocina europea.
Ha derivado de los sabores más tradicionales de nuestra cocina antigua, combinados con aroma de los ingredientes que llegaron con la entrada de los migrantes. As´, l acomida mediterránea ha pasado a formar parte de la más profunda tradición europea y sus platos conocidos a escala mundial.
Llama la atención por ser rica en frutas, verduras, pescado y cereales. También se caracteriza por el uso moderado de carne y productos lácteos, y el uso generoso de aceite de oliva.
La dieta mediterránea ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una de las dietas más saludables del mundo, y es altamente recomendada para personas de la tercera edad y quienes presentan patologías asociadas a la alimentación desordenada, ya que es bastante balanceada.
Características de la comida mediterránea
Una de las principales características de la comida mediterránea es su alto contenido de antioxidantes. Los antioxidantes son sustancias que ayudan a prevenir el daño celular causado por los radicales libres.
Los vegetales y frutas son ricos en antioxidantes, y son una parte importante de la dieta mediterránea. Las verduras como las espinacas, la lechuga y los tomates son especialmente ricos en antioxidantes. Los frutos secos también son una buena fuente de antioxidantes.
A combinar frutos secos, abundante aceite de oliva y carnes magras o curadas, la dieta mediterránea ha sido considerada mundialmente como balanceada, equilibrada y rica en nutrientes esenciales.
La cocina mediterránea también es rica en ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para la salud del corazón y del cerebro.
Por ejemplo el pescado, ampliamente utilizado en múltiples preparaciones europeas –especialmente el bacalao y el salmón- es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, y es por eso que se recomienda comer pescado al menos dos veces por semana.
Los frutos secos también son ricos en ácidos grasos omega-3 y comúnmente están presentes en la dieta propia del mediterráneo, y sobre todos en los postres europeos son ingrediente principal.
La comida europea también es rica en fibra. La fibra es importante para mantener una digestión saludable y regular. Los cereales integrales, las frutas, las verduras y las legumbres son todas buenas fuentes de fibra.
La dieta propia de los países del mediterráneo también es baja en grasas saturadas y rica en grasas monoinsaturadas. Las grasas saturadas son malas para el corazón, mientras que las grasas monoinsaturadas son buenas para el corazón. El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas y es por eso que se utiliza ampliamente en la cocina mediterránea.
La cocina europea y el uso de las carnes
La dieta mediterránea también incluye moderadas cantidades de carne y productos lácteos. La carne se consume principalmente en forma de carnes magras, como el pollo y el pescado. Los productos lácteos se consumen en forma de yogur y queso.
Pero, hay sus excepciones. Esto, debido a que muchos platos propios de la cocina mediterránea son creados a base de carnes más trabajadas o derivados de la carne como el jamón, los chorizos y otros embutidos, que sobretodo son empleados en los cocidos y los platos tradicionales que cocción lente que suelen utilizarse muchísimo en la mayoría de los países que acostumbran este tipo de alimentación.
En resumen, la dieta mediterránea es una dieta equilibrada y saludable que incluye una gran variedad de alimentos nutritivos. Es rica en frutas, verduras, pescado, cereales, frutos secos y aceite de oliva. También es baja en grasas saturadas y rica en grasas monoinsaturadas y sobretodo su sabor es sencillamente espectacular. No dejes de probarla.